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La problemática de los perros de la calle que corren a las bicicletas o motos, es vieja. Existió siempre; tanto aquí como en otras ciudades. Y como todo problema que persiste con el paso de los años, siempre es bueno buscar al “culpable” de
turno. Desde hace casi 3 años, momento en el cual nació nuestra entidad, esa culpa recae sobre nosotros: la Protectora de Animales.
Pues bien, como todos sabrán, uno de nuestros principales objetivos es erradicar el abandono animal, para lo cual contamos con un refugio transitorio por donde han pasado un centenar de animales callejeros que fueron recuperados y devueltos a un hogar. El conflicto surge cuando el grado de abandono es mucho más numeroso que la cantidad de adopciones. Es allí donde entra en juego la responsabilidad de toda la sociedad.
Pues bien, como todos sabrán, uno de nuestros principales objetivos es erradicar el abandono animal, para lo cual contamos con un refugio transitorio por donde han pasado un centenar de animales callejeros que fueron recuperados y devueltos a un hogar. El conflicto surge cuando el grado de abandono es mucho más numeroso que la cantidad de adopciones. Es allí donde entra en juego la responsabilidad de toda la sociedad.
La mayoría de esos perros fueron tirados a la calle; allí crecieron, comiendo basura, tomando agua sucia, durmiendo en las veredas, siendo echados de todos lados y a veces hasta siendo golpeados sin sentido. El animal, al igual que nosotros, también tiene su carácter y el mismo se va formando según los estímulos externos a los que esté expuesto. De modo tal que no podemos pretender que los mismos sean mansos y sumisos. Paralelamente, y debido a los precarios cuidados que poseen, estos animales se enferman y al estar en ese estado (además de ser “feos” como algunos dicen) nadie quiere abrirles las puertas de su casa. Estamos entonces frente a un círculo sin fin.
Nuestra pregunta es: ¿El perro es el culpable, o será que es más fácil echarle la culpa al que no puede hablar?, ¿el dilema se soluciona pateándolos o en el peor de los casos, dándoles veneno? ¿No será que las personas deberíamos usar nuestro raciocinio para darle una solución al asunto?. Nosotros, como Protectora jamás podríamos hacernos cargo de todos aquellos animales que la gente larga a la calle sin pensar; y eso no es algo que nos alegre precisamente, ya que sabemos que mientras estamos rescatando 5 cachorros tirados en un baldío (cachorros que son castrados y ubicados en hogares responsables), en la otra punta de la ciudad hay alguien tirando 10 perros más. Y de esos 10, seguramente varios terminarán por las calles de la ciudad…corriendo vehículos.
De allí nuestra insistencia en la concientización acerca de la adopción responsable y de la castración de las mascotas. En nuestra ciudad todavía no existen las castraciones masivas, gratuitas ni los quirófanos móviles. Es a lo que siempre apuntamos pero, obviamente la decisión no es nuestra. Hay un conjunto de factores y de voluntades que deben alinearse para que ese sueño por fin pueda hacerse realidad. Mientras tanto, no queda otra que hacernos cargo individualmente de un inconveniente que es de todos. Castrar a nuestra mascota (macho o hembra) es la única solución ética para no generarle problemas al prójimo.
No miremos al costado ni pretendamos que los demás se hagan cargo de nuestra actitud errónea e inconsciente.
LA FAUNA URBANA ES DE TODOS.