Maternidad en el reino animal

La maternidad es un trabajo de tiempo completo y no sólo las madres humanas sobresalen en la magnífica y agotadora tarea. El reino animal cuenta con varios ejemplos de mamás dedicadas, amorosas e incansables con sus pequeños. Mirá nuestra lista y luego corré a darle un abrazo de koala a la tuya.

Las mamás de orangután esperan ocho años entre cada alumbramiento (el más largo de las distintas especies de monos). Los pequeños son completamente dependientes de su madre durante los primeros dos años de su vida. Tan es así, que los cuatro meses después de nacer, están en contacto absoluto con ella todo el tiempo, colgados de su panza. La madre hace un nido cada noche en el que acurruca con su bebé mientras este pasa por su infancia. Pero el lazo entre ambos no termina cuando el bebé madura. Los siguientes cinco años de vida, los orangutanes permanecen cerca de mamá, amamantándose. 


Las mamás osas polares necesitan comer lo suficiente para duplicar su peso cuando quedan preñadas, pues pronto entrarán en un periodo largo de ayuno y tendrá que alimentar a sus cachorros. A medida que la temperatura empieza a bajar con la llegada del invierno, la osa excava una guarida de maternidad en la que permanecerá en un estado de hibernación parcial, pues su temperatura corporal permanecerá igual y no dormirá continuamente.
Las siguientes dos semanas luego del nacimiento, la osa comerá vegetación mientras los bebés aprenden a andar en la nieve. Pasado lo cual, los llevará al mar, donde finalmente podrá cazar unas focas y comer después de ocho meses de ayuno.



Las mamás de Araña Lobo son unas de las más cariñosas del mundo arácnido. Mientras la mayoría de las arañas dejan sus huevos en la telaraña y se van a pasear, las lobo amarran su saco de huevos a su cuerpo y los llevan a donde vayan. Cuando los bebés salen de los huevos, la mamá no deja de cuidarlos y los lleva en su espalda hasta que son lo suficientemente grandes para defenderse por sí mismos.

Las mamás focas amamantan a sus bebés leche con un 48% de grasa durante sus primero 12 días de vida, sin comer nada. El cachorro aumenta unos dos kilos diarios, mientras ella pierda alrededor de tres cada día. Cuando los cachorros comienzan a crecer, ella debe resguardarlos de los osos polares que son sus principales depredadores.


Las mamás pulpo ponen entre 50, 000 y 200, 000 huevos y los agrupan para que reciban las mejores condiciones de clima a lo largo de un mes. Durante este tiempo, se encargan incluso de mover las corrientes de agua en dirección de los pequeños para que estos reciban suficiente oxígeno. Mientras están cuidando de sus huevos no puede cazar, por lo que termina por digerir sus propios tentáculos para mantenerse con vida. Cuando los bebés nacen, la madre está demasiado débil para defenderse de sus depredadores, por lo que la mayoría mueren poco después de que nacen sus crías.

Después de un embarazo de 22 meses y el parto de uno de los bebés más grandes del mundo, las elefantes son de las madres más adorables con sus recién nacidos. Los bebés nacen ciegos y dependen completamente de ellas y el resto de la manada. A medida que crecen, los pequeños gozan de los cuidados de las otras hembras mientras la madre busca alimentos para generar la suficiente leche que mantenga sano y fuerte a su retoño.

Este lagarto aterrador resulta ser una madre entrañable.
Las mamás cocodrilo crean sus nidos de materia orgánica en descomposición que auto incuba y además determina el sexo de sus bebés. Los nidos que construye con hojas son más cálidos que los que hacen de fango frío, que producen más machos que los nidos más frescos.
Ya que ha establecido el sexo de sus niños, la cocodrilo protegerá el nido de todo tipo de amenazas, entre ellas, otros cocodrilos. Cuando los bebés nacen, la mamá los coloca dentro de su hocico y los lleva al agua, donde los cuidará a lo largo de un año.


Las mamás koalas rara vez abandonan su hogar, que también les provee de alimento por ejemplo, hojas de eucalipto. Cuando su bebé nace, no tiene pelo, ni oye ni ve nada y es muy pequeño. Por eso lo guarda dentro de su bolsa durante seis meses, donde crece a base de leche. El cachorro luego trepa por el cuerpo de su madre y se coloca en su espalda, donde vivirá seis meses más.

Cada una con su estilo, con sus formas y sus propias adaptaciones, pero a su vez, todas con una sola cosa que las une: el amor por sus retoños. La maternidad animal y humana coincide en eso.
Muy felíz día a todas las mamás biológicas y del corazón!

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